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 Polkas de chihuahua


La polka repitió en México su éxito europeo, todo artículo de moda debía tener el nombre de este ritmo, había en la capital de México cigarrillos, calles, chocolates con la leyenda de “polka” y después de que importaron las primeras partituras empezaron a surgir también piezas nacionales. En México las primeras polkas se tocaban durante las tertulias en las casas de las familias acomodadas y se interpretaban típicamente en piano. Este primer éxito de la polka fue más o menos efímero, pero pronto volvió a resurgir. Después de la intervención americana llegó la segunda oleada de la polka, era el tiempo del segundo imperio del emperador Maximiliano.


La llegada de la polka a la conciencia nacional mexicana tuvo un camino exactamente opuesto al de Europa; mientras que en el viejo continente la polka partió del pueblo para conquistar a los salones de la alta sociedad, en México la polka llegó primero a los salones de los ricos y poderosos y de allí permeó poco a poco al pueblo donde fue adoptada posteriormente como baile típico regional. Esto explica en parte el carácter generalmente pícaro y satírico de la polka mexicana, bastante diferente a su elegante y poética hermana europea. El pueblo bailaba la polka con gusto, pero a diferencia de lo acostumbrado en Europa, frecuentemente se le añadían textos burlescos y satíricos dirigidos a la sociedad de los ricos.

La polka Checoslovaca, la mazurca y redowa Polacas, el chotis Escocés, las cuadrillas Inglesas, y el vals Austríaco fueron traídos a México en calidad de Bailes de Salón por la cursi aristocracia de principios a mediados del 1800. Para cuando Don Porfirio tomó poder había una gran cantidad de composiciones locales, inspiradas en estos ritmos. El pueblo, todavía marginado, imitaba los estirados bailes de sus opresores dándoles un giro cómico y político, creando así la peculiar polka Mexicana y el no menos famoso corrido. Al extenderse la llama revolucionaria por todo el norte, tanto la polka como el corrido se convirtieron en efectivos periódicos musicales, pues en ese tiempo las masas eran analfabetas.
 





La mayoría de las polkas y corridos revolucionarios tomaron nombres de soldaderas famosas: Adelita, Marieta, Juana Gallo, Rielera, Revolcada, Jesusita, etc. Cabe mencionar que antes de la Revolución, los Alemanes que se asentaron en Texas, trajeron consigo sus instrumentos: el acordeón, Saxofón, el tololoche el bajo sexto y el auténtico sabor de la polka Europea. El estilo fue ampliamente aceptado y adoptado como local, naciendo así el “conjunto”. La música norteña está aun de moda en el norte de México y el Sur de los Estados Unidos, las Polkas, redovas, mazurkas, chotises y el vals, al lado del corrido son todavía favoritos, a mas de cien años de su introducción a México y con una gran historia que habla orgullosamente del sufrimiento y gozo de su pueblo.


En México adquirió un particular sabor por los llamativos trajes, así como por la fuerza con la que se ejecutan sus pasos cual galopes de tiempo en tiempo.


A continuación dejaremos un video de la polka "La Loca" de Chihuahua:




Al norte de los Estados de Coahuila, Nuevo León, Chihuahua y Tamaulipas, se baila la polka de un estilo acompañándose de acordeón y guitarra. La bailan todas las clases sociales, pero el pueblo humilde, el del campo principalmente, es el que le ha dado vida desde que se introdujo a México, durante la colonia, adaptándose como suyo su música y pasos.



Es evidente que la polka es de origen polaco y que fue traída a México durante la colonia; se baila en todo el país pero especialmente en la región Norte, donde ha adquirido carta de naturalización.



Se baila en todas las ocasiones y en tiempos de la Revolución cobró un vigor extraordinario con las “pelonas”, Jesusita en Chihuahua”, y otras muchas piezas que todo el pueblo cantó y sigue cantando.
 
 
El vestuario con el que se baila la polka varía según la época. En tiempos de la colonia, la mujer bailaba con amplios vestidos de finísima tela, sombreros de pluma y algunas veces portando sombrilla muy elegante; el hombre con jaqueé, pantalón rayado y botín. Todavía en las mismas fiestas se usa ese vestuario.

Hace pocos años se veía a la mujer llevar amplio vestido largo, cuello alto, manga de “carnero”, zapatillas de charol, tacón muy delgado. En las manos portaba abanico y en la cabeza llevaba un peinado alto de rol o sea se la cubría con un grazné. El hombre bailaba con traje de militar, guerrera, cuello alto, pantalones entrabucados y botines.
 
 

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