Jaranas Yucatecas
La Jarana es la música tradicional de la península de Yucatán y una forma bailable típica de las Vaquerías, fiesta que organizaban los vaqueros para hacer su recuento de ganado. La danza conquista por la cadencia y elegancia de los pasos, por la alegría de la música y por la actitud solemne de los bailantes que zapatean sobre el suelo… no en balde, la palabra jarana, quiere decir “alboroto”.
La música, derivada de antiguos sones regionales, es también una mezcla peculiar de las canciones y ritmos europeos con expresiones milenarias del alma musical del pueblo maya.
Instrumental, principalmente, estrepitosa y sonora, la música tiene un descanso en el cual se escucha el grito de ¡Bomba!, momento en que la Orquesta se detiene para que uno de los ejecutantes recite versos, hoy en día picarescos, en donde aflora el innato sentido del humor de los yucatecos.
La música, derivada de antiguos sones regionales, es también una mezcla peculiar de las canciones y ritmos europeos con expresiones milenarias del alma musical del pueblo maya.
Instrumental, principalmente, estrepitosa y sonora, la música tiene un descanso en el cual se escucha el grito de ¡Bomba!, momento en que la Orquesta se detiene para que uno de los ejecutantes recite versos, hoy en día picarescos, en donde aflora el innato sentido del humor de los yucatecos.
La orquesta jaranera está integrada por dos clarinetes, dos trompetas, dos trombones, un güiro y los timbales.
Por otra parte, para bailar la Jarana las mujeres se engalanan con coloridos huipiles y rosarios de filigrana, mientras que los hombres visten la impecable guayabera blanca y elegantes alpargatas.
Baile de las cintas
Si bien el origen del baile de las cintas es europeo, Yucatán se encargó de hacerlo propio, ejecutándolo con gracia y casi religiosamente en sus vaquerías, las típicas fiestas del lugar. Las mismas en sus comienzos estaban vinculadas al marcado del ganado pero hoy también admiten otros motivos, que en el fondo esconden el mismo denominador común: la alegría y el placer de juntarse con los vecinos, con los seres queridos, con otra gente. También se baila en otros rincones mexicanos y se cree que pisó Yucatán durante el imperio de de Maximiliano, a mediados del siglo XIX.
Yucatán
El palo, que suele ser de ceiba, tiene aproximadamente 5 metros de alto y hay un bailarín que lo sostiene y que no participa del círculo danzante. De ese mástil penden las cintas coloridas, que son entre 10 y 12, y los bailarines que las sujetan irán realizando sus pasos de baile con la finalidad de dejar como resultado algo más que la diversión y admiración del público: un tejido colorido, que intercale los colores de las cintas. Asimismo, la obra de arte se ve complementada con unas hermosas y grandes flores que se encuentran de antemano ubicadas en el palo. Una vez que formaron el tejido, en su lugar, los protagonistas de la danza marcan ocho compases y empiezan a retroceder en sus pasos, ahora para desarmarlo.
Los bailarines se mueven al ritmo de los ¾ de la jarana, música que se ejecuta sin interrupción y que lleva en su nombre también el significado de jolgorio, bullicio, fiesta.
Tal como dije, se la llama suerte porque exige destreza por parte de los participantes ya que ejecutar los pasos sin enredarse, entrar, salir y cambiar de lugar con la pareja sin soltar la cinta y hacer giros colectivos es algo que requiere no sólo de concentración sino también de ¡suerte!
La Danza de la cabeza del cochino

EXCELENTE MATERIAL
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